Buenos Aires Herald
Buenos Aires Herald Martes 8 de noviembre de 2005
La Zorra y la Trampa de Ben Jonson
Un juego visual con ritmos tropicales
El director Andrés Sahade quería hacer Volpone de Ben Jonson, uno de los grandes clásicos ingleses, pero contaba con más mujeres que hombres. Por lo tanto asignó los roles masculinos a las mujeres y los femeninos a los hombres y la obra se llamó La zorra y la trampa.
Lugares nocturnos
Por Alfredo Cernadas Quesada para el Herald.
La necesidad es la fuente del ingenio, especialmente cuando existe un ardiente deseo de llevar a cabo un proyecto. El director Andrés Sahade quería hacer Volpone de Ben Jonson, uno de los grandes clásicos ingleses, pero contaba con más mujeres que hombres.
Por lo tanto asignó los roles masculinos a las mujeres y los femeninos a los hombres y la obra se llamó La zorra y la trampa. Pero no, como está de moda hoy en día, disfrazando a las mujeres de hombres y viceversa: los hombres permanecen como hombres y las mujeres como mujeres. Sólo que Volpone se convierte en Volpina y, de igual modo, las otras actrices desempeñan sus roles como contrafiguras femeninas de los hombres originales. Y funciona de maravillas. Dado que la obra original puede tener una duración de hasta cuatro horas ( sólo los Wagnerianos pueden hoy resistir tanto tiempo en un teatro), Sahade utilizó la adaptación de Mauricio Kartún y David Amitín que es mucho más ágil y que a su vez él adaptó, agregando algunos textos que ellos habían quitado. La versión actual dura aproximadamente 150 minutos, pero, de todos modos, las intenciones del autor de desenmascarar y poner de manifiesto la codicia y la corruptibilidad se expresan con claridad. Sahade ha ideado una puesta en escena burlesca parecida a la de la commedia dell’arte pero sin caer en lo vulgar, ni siquiera cuando el humor es con frecuencia totalmente explícito. Después de todo, los autores del siglo dieciséis no eran complicados y llamaban a las cosas por su nombre. Sahade ha creado un espectáculo muy moderno, fresco y dinámico y tiene la suerte de contar con un reparto de primera línea formado por actores jóvenes y polifacéticos que incluso tocan instrumentos musicales. Volpina, como en la obra original, ha adquirido su riqueza estafando a sus víctimas. Es despiadada, codiciosa y lujuriosa, interpretada con desenvoltura por Antonella Querzoli. Su sirviente, confidente, compinche y secuaz es la felina Mosca, interpretado por Micaela Fariña con una representación cautivante. Irene Bazzano (Santoiena), Pilar Murano (Bulebú de Trebuí) y Catalina Collardin (Pecora) son como gatas sobre un techo de chapa caliente, desesperadamente tratando de controlar su afán de ser las únicas herederas de Volpone, interpretadas elocuentemente por este trío de actrices talentosas.
El reparto se completa con un grupo de animales igualmente inverosímiles interpretados brillantemente. Sebastián Pomiró está divertidísimo en su rol de Magnus, el impresionantemente bien dotado marido de Pecora, perseguido fogosamente por Volpina y Mosca; también es Nobolis, uno de los integrantes del trío de bufones grotescos formado con Nicolás Vilntzky (quien interpreta dos personajes más) y Rosario Alfaro, en su rol de Pulga y de Cordelia, especie de ninja e hija de Pecora.
Victoria Oliveros es una mujer policía alta, aterradora y muy sexy y Luis Tenewici es el más corrupto de todos los jueces.
Rolando Fabián diseñó una escenografía funcional y muy atractiva. Lo mismo puede decirse de los trajes de Belén Bolzán, Clara Carranza , Guadalupe Gallardo y Carolina Travi. Una manera muy placentera de encontrarse (o reencontrarse) con un clásico.
Donde & Cuando
La zorra y la trampa. En el Teatro IFT, Boulogne sur Mer 547. Tel: 4962-9420. Jueves y domingos a las 21:00hs.
[Debajo de la foto] La idea del Director Andrés Sahade de asignar los roles masculinos a las mujeres y los femeninos a los hombres funciona de maravillas en su versión de Volpone de Ben Jonson.
Traducción
por Leda Alonso
El Muro - la Guia cultural de Buenos Aires
Jueves, 10 de noviembre de 2005
por Daniel Mojica
Obra: LA ZORRA Y LA TRAMPA
(Versión libre basada en la adaptación de M. Kartun y D. Amitín de "Volpone o el zorro" de Ben Jonson)
Dramaturgia: Nicolás Vilnitzky.
Dirección: Andrés Sahade
Elenco: Rosario Alfaro, Irene Bazzano, Catalina Collardin, Micaela Fariña, Pilar Murano, Victoria Oliveros, Sebastián Pomito, Antonella Querzoli, Luis Tenewicki, Nicolas Vilnitzky.
Vestuario: Belén Bolzán, Clara Carranza, Guadalupe Gallardo y Carolina Travi.
Sala: I.F.T. – Boulogne Sur Mer 549
El arte suele tener aristas inesperadas. Una obra escrita en 1606, en Gran Bretaña, refleja casi a la perfección el espíritu de la década que va de 1990 a 1999 en la Repùblica Argentina ¿Serà que el ser humano no ha cambiado tanto en ese tiempo? ¿O serà ese especial tipo de ser que reencarna una y otra vez con las mismas características?
Lo cierto es la habilidad del artista, en este caso poeta y dramaturgo, para plasmar esa realidad y que uno lo sienta vigente a travès del tiempo. Dicen que eso sucede con las obras de arte, que no tienen fecha de vencimiento. Esto es lo que pasa con esta magistral creación de Ben Jonson, que para no desentonar, en esta versión libre, el director Andrés Sahade y sus virtuosos intérpretes nos regalan dos horas y media de deleite. En la forma de maravillosas actuaciones tanto en la faz actoral, cuanto en la musical-instrumental.
Cada uno de los cinco actos de esta comedia brilla con luz propia. En ella se muestran las miserias a las que son capaces de llegar ciertas personas por ambición. Por el ansia de poseer riqueza y bienes materiales.
La historia es sencilla. Volpina finge e star al borde de la muerte para recibir regalos y dádivas de sus primas que quieren ser ùnicas herederas de la fortuna de Volpina, quien ayudada por su criada Mosca, urden intrincados planes para incrementar la fortuna de la supuesta enferma.
Asi desfilan Bulebú de Trebui, Pécora, y Santoiena. Cada una a su manera intentan influir en la enferma a travès de Mosca, creyendo que han comprado su voluntad con ciertos presentes, para convencerla que firme el testamento a su propio nombre, como ùnica heredera. También está el Dr. Wolf, especialista en casarse con mujeres moribundas, enviudar y heredar.
Con cada uno de ellos Volpina y la fiel Mosca harán uso de su ingenio y creatividad para envolverlos siempre y cada vez más. Pero Volpina, quiere además recibir los favores del muy dotado esposo de Pécora, Magnus. Quien es celosamente resguardado por la esposa. Allì se produce un punto de inflexión que puede ser peligroso para los intereses de Volpina. Mosca se lo advierte a su patrona, quien no le hace caso y siempre sube su apuesta un poco más.
A partir de entonces las cosas se empiezan a complicar, hasta llegar al ¿inesperado? final.
Excelentes actuaciones de un elenco sin fisuras, donde me permito destacar a Micaela Fariña con su excepcional interpretación de Mosca, Antonella Querzoli como Volpina y Sebastián Pomiró como Magnus.
Impecable dramaturgia, sutil y funcional la escenografía y muy bueno el vestuario. Para resaltar la música y quienes la interpretan.
Para no dejar de verla.
Daniel Mojica
http://www.elmurocultural.com.ar/Criticas/Teatro/ccriticateatro194.html
por Daniel Mojica
Obra: LA ZORRA Y LA TRAMPA
(Versión libre basada en la adaptación de M. Kartun y D. Amitín de "Volpone o el zorro" de Ben Jonson)
Dramaturgia: Nicolás Vilnitzky.
Dirección: Andrés Sahade
Elenco: Rosario Alfaro, Irene Bazzano, Catalina Collardin, Micaela Fariña, Pilar Murano, Victoria Oliveros, Sebastián Pomito, Antonella Querzoli, Luis Tenewicki, Nicolas Vilnitzky.
Vestuario: Belén Bolzán, Clara Carranza, Guadalupe Gallardo y Carolina Travi.
Sala: I.F.T. – Boulogne Sur Mer 549
El arte suele tener aristas inesperadas. Una obra escrita en 1606, en Gran Bretaña, refleja casi a la perfección el espíritu de la década que va de 1990 a 1999 en la Repùblica Argentina ¿Serà que el ser humano no ha cambiado tanto en ese tiempo? ¿O serà ese especial tipo de ser que reencarna una y otra vez con las mismas características?
Lo cierto es la habilidad del artista, en este caso poeta y dramaturgo, para plasmar esa realidad y que uno lo sienta vigente a travès del tiempo. Dicen que eso sucede con las obras de arte, que no tienen fecha de vencimiento. Esto es lo que pasa con esta magistral creación de Ben Jonson, que para no desentonar, en esta versión libre, el director Andrés Sahade y sus virtuosos intérpretes nos regalan dos horas y media de deleite. En la forma de maravillosas actuaciones tanto en la faz actoral, cuanto en la musical-instrumental.
Cada uno de los cinco actos de esta comedia brilla con luz propia. En ella se muestran las miserias a las que son capaces de llegar ciertas personas por ambición. Por el ansia de poseer riqueza y bienes materiales.
La historia es sencilla. Volpina finge e star al borde de la muerte para recibir regalos y dádivas de sus primas que quieren ser ùnicas herederas de la fortuna de Volpina, quien ayudada por su criada Mosca, urden intrincados planes para incrementar la fortuna de la supuesta enferma.
Asi desfilan Bulebú de Trebui, Pécora, y Santoiena. Cada una a su manera intentan influir en la enferma a travès de Mosca, creyendo que han comprado su voluntad con ciertos presentes, para convencerla que firme el testamento a su propio nombre, como ùnica heredera. También está el Dr. Wolf, especialista en casarse con mujeres moribundas, enviudar y heredar.
Con cada uno de ellos Volpina y la fiel Mosca harán uso de su ingenio y creatividad para envolverlos siempre y cada vez más. Pero Volpina, quiere además recibir los favores del muy dotado esposo de Pécora, Magnus. Quien es celosamente resguardado por la esposa. Allì se produce un punto de inflexión que puede ser peligroso para los intereses de Volpina. Mosca se lo advierte a su patrona, quien no le hace caso y siempre sube su apuesta un poco más.
A partir de entonces las cosas se empiezan a complicar, hasta llegar al ¿inesperado? final.
Excelentes actuaciones de un elenco sin fisuras, donde me permito destacar a Micaela Fariña con su excepcional interpretación de Mosca, Antonella Querzoli como Volpina y Sebastián Pomiró como Magnus.
Impecable dramaturgia, sutil y funcional la escenografía y muy bueno el vestuario. Para resaltar la música y quienes la interpretan.
Para no dejar de verla.
Daniel Mojica
http://www.elmurocultural.com.ar/Criticas/Teatro/ccriticateatro194.html
Critica Teatral
Función presenciada en fecha: 16/10/05
LA ZORRA Y LA TRAMPA
“La zorra y la trampa” es una versión libre de Nicolás Vilnitzky, basada en la adaptación de Mauricio Kartun y David Amitín de “Volpone o el zorro” de Bel Jonson, dirigida por Andrés Sahade.
En este espectáculo existe una gran diferencia entre lo que se quiere decir y se dice, y entre lo que se quiere mostrar y se muestra.
El deseo explícito de los personajes por poseer riquezas no se corresponden con sus acciones.
La codicia, avaricia, corrupción y las mezquindades de los mismos tampoco son expuestas. Pareciera que hay un gran esfuerzo por mostrar a todos los personajes simpáticos y graciosos, y se soslaya el exhibir su lado más oscuro,
Entonces la obra pasa de ser una crítica a la codicia humana a una bien concebida comedia de enredos.
Dentro de este marco cumple con su objetivo de entretener.
La actriz Micaela Fariña, en el papel de la sirviente Mosca, logra un gran trabajo interpretativo.
Transita con eficacia por las distintas situaciones por las que pasa su personaje. El recorrido que hace de sirviente codicioso, pasando por amo tirano, para luego volver a ser un sirviente apaleado,
esta lleno de matices y gracia.
La escenografía de Rolando Fabián es funcional, fría y aséptica y contrasta con el colorido y alocado vestuario.
“La zorra y la trampa” es una obra que eligió entretener, con buenas herramientas, y no adentrarse por otros caminos.
GABRIEL PERALTA
http://www.criticateatral.com.ar/anterior/criticaspag/octubre/elzorroylatrampa.htm
LA ZORRA Y LA TRAMPA
“La zorra y la trampa” es una versión libre de Nicolás Vilnitzky, basada en la adaptación de Mauricio Kartun y David Amitín de “Volpone o el zorro” de Bel Jonson, dirigida por Andrés Sahade.
En este espectáculo existe una gran diferencia entre lo que se quiere decir y se dice, y entre lo que se quiere mostrar y se muestra.
El deseo explícito de los personajes por poseer riquezas no se corresponden con sus acciones.
La codicia, avaricia, corrupción y las mezquindades de los mismos tampoco son expuestas. Pareciera que hay un gran esfuerzo por mostrar a todos los personajes simpáticos y graciosos, y se soslaya el exhibir su lado más oscuro,
Entonces la obra pasa de ser una crítica a la codicia humana a una bien concebida comedia de enredos.
Dentro de este marco cumple con su objetivo de entretener.
La actriz Micaela Fariña, en el papel de la sirviente Mosca, logra un gran trabajo interpretativo.
Transita con eficacia por las distintas situaciones por las que pasa su personaje. El recorrido que hace de sirviente codicioso, pasando por amo tirano, para luego volver a ser un sirviente apaleado,
esta lleno de matices y gracia.
La escenografía de Rolando Fabián es funcional, fría y aséptica y contrasta con el colorido y alocado vestuario.
“La zorra y la trampa” es una obra que eligió entretener, con buenas herramientas, y no adentrarse por otros caminos.
GABRIEL PERALTA
http://www.criticateatral.com.ar/anterior/criticaspag/octubre/elzorroylatrampa.htm
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